es costumbre al terminar el año
volverse mirar a los costados
(en otro tiempo
en la casa habitaban tantas gentes
sombras
una aventura de amor fracasada)
otros encuentran que es necesario aclarar estos brindis de año nuevo porque hay esperanzas que enunciar
mirarse brindar
por la libertad y las pequeñas gotas de lluvia
y el amor (tus ojos) y el amor (todas pero principalmente tú)
hemos viajado diciendo esperando en las cavidades del mediodía un nuevo cántico para todos y además
en forma ligeramente diferente nos hemos dicho cuando éramos amantes las mismas cosas que se dicen los otros
pero ahora se trata de un brindis
y no brindaremos por los recuerdos sino por los árboles del porvenir
por los nombres del porvenir
para que el corazón y la estrella concurran al esfuerzo común
para que la voluntad sin demasiada violencia
como cosa ínfima
se extienda y apruebe las cosas de este mundo
para que yo (de regreso) después de haber hablado mucho (una noche cualquiera) compruebe la fatalidad de la distancia
pero levanta de cualquier manera tu copa porque siempre hay una palabra que todos pueden pronunciar y el río sigue moviendo su miedo su tarde y el puñado de tersos inviolables pájaros
este año y todos los años has acumulado errores sobre tu cabeza
y pensando crear tu vida sólo la has repetido
(en otro tiempo
abríamos la puerta de mañana
y entraban el sol los sombreros arrojados al viento por los trasnochadores de la víspera
los ecos de sus conversaciones
y tu risa
aunque hacía tanto que ya no te veíamos)
como en otro tiempo
sin cuadrantes ni altura he llegado muchas noches este año
ahora yo puedo recordarla suelto
como una fragilidad silenciosa
en este día en esta hora
a otras tierras entregará sus manos
sus ojos han conocido otros combates más cerca de la piedad o del odio
pero ahora se trata de un brindis
del año que comienza indiferente a su memoria o tus deseos
*Edgar Bayley, poeta argentino, nacido en 1919 y muerto en 1990. Algunas de sus obras son En común (1949), La vigilia y el viaje (1961), El día (1968), Obra poética (1966), Vida y memoria del Dr. Py y otras historias (1983), Alguien llama (1983), Estado de alerta y estado de inocencia (1989).