viernes, 25 de febrero de 2011

Frases de película

Preparando el clima para la entrega de los Premios Oscar, recordamos aquí algunas de las frases inolvidables que el cine dejó en nuestra memoria:

De Casablanca, tres. En voz de Humphrey Bogart: "De todos los cafés del mundo, tuvo que elegir el mío" y la final: "¿Sabes, Louis? Creo que esto es el comienzo de una hermosa amistad". También está, por supuesto, la descorazonada línea de Ilse, cuando conoce a Rick en París: "El mundo se derrumba y nosotros nos enamoramos".

La que podría ser un resumen de toda Wall Street: "Toda batalla se basa en el engaño. Si tu enemigo es superior, evítalo. Si tu enemigo está enfadado, irrítalo. Si están igualados, combate. Y si no, espera y recapacita".

Al Pacino en El padrino II: "Mantén cerca a tus amigos, pero más cerca a tus enemigos".

La varias veces repetida por Tom Hanks en Forrest Gump: "La vida es como una caja de bombones: nunca sabes qué te va a tocar".

O, típico humor woodyallenesco: "Acabo de conocer a un hombre maravilloso; es de ficción, pero no se puede tener todo", Mia Farrow en La rosa púrpura del Cairo.

"Cada vez que mato me siento más lejos de casa", aseguraba Tom Hanks sobre la guerra en Rescatando al soldado Ryan.

Y finalmente la sentencia "Puede que hayamos acabado con el pasado, pero él no ha acabado con nosotros", de la película Magnolia.

¿Qué otras frases memorables de película recuerdan?

martes, 22 de febrero de 2011

Schopenhauer y la felicidad

El 22 de febrero de 1788 nació Arthur Schopenhauer, filósofo alemán. Se lo llamó "el filósofo del pesimismo", pero aquí compartimos sus reflexiones sobre la felicidad:
"Pero lo que más que nada contribuye directamente a nuestra felicidad, es un humor jovial, porque esta buena cualidad encuentra inmediatamente su recompensa en sí misma. En efecto; el que es alegre tiene siempre motivo para serlo, por lo mismo que lo es. Nada puede reemplazar a todos los demás bienes tan completamente como esta cualidad, mientras que ella misma no puede reemplazarse por nada. Que un hombre sea joven, hermoso, rico (...) para poder juzgar su felicidad la cuestión sería saber si, además, es alegre; en cambio si es alegre, entonces poco importa que sea joven o viejo, bien formado o contrahecho, pobre o rico: es feliz."

"Así pues debemos abrir puertas y ventanas a la alegría, siempre que se presente, porque nunca llega a destiempo, en vez de vacilar en admitirla, como a menudo hacemos, queriendo primero darnos cuenta de si tenemos motivos para estar contentos por todos conceptos, o por miedo de que nos aparte de meditaciones serias o de graves preocupaciones; y sin embargo, es muy incierto que ellas puedan mejorar nuestra situación, al paso que la alegría es un beneficio inmediato. Ella sola es, por decirlo así, el dinero contante y sonante de la felicidad."

"Es cierto que nada contribuye menos a la alegría que la riqueza, y nada contribuye más que la salud; en las clases inferiores, entre los trabajadores de la tierra, se observan los rostros alegres y contentos; en los ricos y grandes dominan las figuras melancólicas."

lunes, 21 de febrero de 2011

El éxito y el fracaso según la mirada invertida de Marta Minujín

Entre las variadas obras de Marta Minujín, artista plástica argentina nacida en 1943, está la "Academia del fracaso”, una puesta de 1975.

Consistía en una tarima donde el espectador podía recibir ser visto y admirado, para luego aplicarse una vacuna y recibir el “Certificado internacional de vacunación contra el triunfalismo”, que decía así:
Nombre y apellido del fracasado:

Certificamos que ........................ ha sido vacunado contra el triunfalismo.

1. No obtendrá los halagos con que una sociedad competitiva premia a unos pocos ganadores para aplastar a la mayoría.
2. No ganará ningún premio con que el sistema estimula.
3. No será sensible a la adulación.
4. No buscará tener una pareja linda para hacer pinta.
5. No querrá llamar la atención desmedidamente.
6. No hará de tripas corazón para justificar felonías.
7. No creerá tener una misión histórica aunque tenga hambre de inmortalidad.
8. No querrá parecer inteligente cuando habla.
9. No fumará un puro para perder la inseguridad.
10. No dirá “no se puede” para ser más que los otros.
11. No vivirá para morir con dinero.
12. No correrá la carrera de los otros sino la suya propia.
13. No se comprará objetos para deslumbrar a los otros.
14. No añorará un mundo sin obstáculos.
15. No hará ostentación de lo conseguido.
16. No se sentirá seguro, sólo porque tenga dinero.
17. Dará importancia a sus inclinaciones.
Y entre otras frases finales, figuraban:
"La convicción de nuestro propio fracaso es el comienzo del único éxito posible" y
"El Fracaso —al obligarnos a considerar otras hipótesis— es fecundo".
Aquí, la imagen del certificado.

lunes, 14 de febrero de 2011

Un fragmento de película de amor

Películas de amor hay de todo tipo. Pero una notable, que con agudeza, ingenio y humor muestra las dificultades de un encuentro real es Cuando Harry conoció a Sally (con Meg Ryan y Billy Crystal).

Aquí el fragmento final, el momento en que los personajes deciden seguir juntos, en un diálogo que los muestra, a cada uno, en su peculiaridad:




Y, para los que leen en inglés, su correspondiente texto (del fin del guion):
Harry: Well, how about this way. I love that you get cold when it's seventy one degrees out, I love that it takes you an hour and a half to order a sandwich, I love that you get a little crinkle above your nose when you're looking at me like I'm nuts, I love that after I spend a day with you I can still smell your perfume on my clothes and I love that you are the last person I want to talk to before I go to sleep at night. And it's not because I'm lonely, and it's not because it's New Years Eve. I came here tonight because when you realise you want to spend the rest of your life with somebody, you want the rest of the life to start as soon as possible.

Sally: You see, that is just like you Harry. You say things like that and you make it impossible for me to hate you. And I hate you, Harry... I really hate you. I hate you.

(They kiss and make up.)

El amor es ciego...

En San Valentín, compartimos una reflexión gráfica sobre las emociones (de Alberto Montt):

jueves, 10 de febrero de 2011

Brecht, preguntas de un autor crítico

El 10 de febrero de 1898, nació el escritor alemán Bertolt Brecht. Autor y director teatral, fue también poeta. En todas sus obras, como lo prueba "Preguntas de un lector obrero", objetó la ideología capitalista:
¿Quién construyo Tebas, la de las Siete Puertas?

En los libros figuran sólo nombre de reyes.
¿Acaso arrastraron ellos los bloques de piedra?
Y Babilonia, mil veces destruida,
¿Quién la volvió a levantar otras tantas?
Quienes edificaron la dorada Lima,
¿en qué casas vivían?
¿Adónde fueron la noche en que se terminó la Gran Muralla, sus albañiles?
Llena está de arcos triunfales Roma la grande.
¿Quién los levantó?
Sus césares,
¿sobre quiénes triunfaron? Bizancio,
tantas veces cantada, para sus habitantes,
¿sólo tenía palacios?
Hasta en la legendaria Atlántida, la noche en que el mar se la tragó, los que se ahogaban pedían bramando,
ayuda a sus esclavos.
El joven Alejandro conquistó la India.
¿Él solo?
César venció a los galos.
¿No llevaba siquiera a un cocinero?
Felipe II lloró al saber su flota hundida.
¿No lloró más que él?
Federico de Prusia ganó la guerra de los Treinta Años.
¿Quién la ganó también?

Un triunfo en cada página.
¿Quién preparaba los festines?
Un gran hombre cada diez años.
¿Quién pagaba los gastos?

A tantas historias,
tantas preguntas.

lunes, 7 de febrero de 2011

Y cuando llegó la nueva década, Monterroso seguía allí

El 7 de febrero de 2003 murió Augusto Monterroso, escritor guatemalteco reconocido por sus cuentos breves e hiperbreves. Su relato “Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí“, de solo 7 palabras, estuvo considerado el relato más corto de la literatura española por muchos años.

Recordemos de él algunos de estos textos minúsculos, que son su especialidad. Elegimos cuatro de temática literaria:
Epitafio encontrado en el cementerio Monte Parnaso de San Blas, S.B.

Escribió un drama: dijeron que se creía Shakespeare.

Escribió una novela: dijeron que se creía Proust.

Escribió un cuento: dijeron que se creía Chejov.

Escribió una carta: dijeron que se creía Lord Chesterfield.

Escribió un diario: dijeron que se creía Pavese.

Escribió una despedida: dijeron que se creía Cervantes.

Dejo de escribir: dijeron que se creía Rimbaud.

Escribió un epitafio: dijeron que se creía difunto.


Humorismo

El humorismo es el realismo llevado a sus últimas consecuencias. Excepto mucha literatura humorística, todo lo que hace el hombre es risible o humorístico.

En las guerras deja de serlo porque durante éstas el hombre deja de serlo. Dijo Eduardo Torres: "El hombre no se conforma con ser el animal más estúpido de la Creación; encima se permite el lujo de ser el único ridículo".


La tela de Penélope o quién engaña a quién

Hace muchos años vivía en Grecia un hombre llamado Ulises (quien a pesar de ser bastante sabio era muy astuto), casado con Penélope, mujer bella y singularmente dotada cuyo único defecto era su desmedida afición a tejer, costumbre gracias a la cual pudo pasar sola largas temporadas.

Dice la leyenda que en cada ocasión en que Ulises con su astucia observaba que a pesar de sus prohibiciones ella se disponía una vez más a iniciar uno de sus interminables tejidos, se le podía ver por las noches preparando a hurtadillas sus botas y una buena barca, hasta que sin decirle nada se iba a recorrer el mundo y a buscarse a sí mismo.

De esta manera ella conseguía mantenerlo alejado mientras coqueteaba con sus pretendientes, haciéndoles creer que tejía mientras Ulises viajaba y no que Ulises viajaba mientras ella tejía, como pudo haber imaginado Homero, que, como se sabe, a veces dormía y no se daba cuenta de nada.


La tortuga y Aquiles
Por fin, según el cable, la semana pasada la tortuga llegó a la meta.

En rueda de prensa declaró modestamente que siempre temió perder, pues su contrincante le pisó todo el tiempo los talones.

En efecto, una diezmiltrillonésima de segundo después, como una flecha y maldiciendo a Zenón de Elea, llegó Aquiles.