La constancia para seguir una historia, la capacidad de abstraerse del mundo por fuera de las páginas, la afición a observar otras realidades
tal vez hagan del lector una figura propensa a las manías. O tal vez sea pura casualidad. Pero lo cierto es que la mayoría de los que leemos presentamos algunos de estos hábitos… o vicios, según sea la frecuencia e intensidad de la práctica:
Oler (aspirar) los libros.
Empezar a leerlos por atrás o salteadamente.
Subrayar con birome las frases logradas.
Subrayar con resaltador las frases logradas.
Subrayar con un delicado lápiz las frases logradas.
No subrayar ni intervenir en lo más mínimo el espacio sagrado de la página impresa (y advertir a quienes les prestamos los libros que se abstengan de cometer tal herejía).
Corregir las erratas de los libros. Agregar, a veces, comentarios indignados.
Usar tickets, boletos, hojas secas de los árboles o vulgares señaladores para marcar las páginas.
Doblar la puntita de la hoja para marcar la página.
Leer el libro del vecino cuando en un transporte público nos quedamos sin lectura.
Elegir un libro para cualquier viaje en transporte público, incluso uno de 10 minutos. O más de un libro, por si alguno no "funciona".
Nunca dejar un libro por la mitad... o, por el contrario, empezar varios a la vez, sin fidelidad garantizada a priori.
Identificar los libros propios. Con ex libris (literalmente, 'de entre los libros': las etiquetas o los sellos compuestos de un dibujo y del espacio para poner el nombre del propietario, como el de la imagen).
O poner nuestras iniciales en los libros (el nombre completo, el año, el número de teléfono y el nombre de quién lo regaló y la fecha de cuándo).
Anotar, al final del libro, la fecha en que lo terminamos. Y, tal vez, el veredicto.
No poder irse a dormir sin leer algo, un poco. Aunque ya sea tarde y aunque mañana haya que madrugar.
Comprar más de una edición de un libro favorito. Tenerlo en versión de bolsillo, en tapa dura, en e-book, ilustrado...
¿En qué manía se reconocen? ¿Y cuál agregarían? Anímense… ¡no están solos en esto!