viernes, 31 de diciembre de 2010

El poeta recuerda un viejo amor al terminar el año*

es costumbre al terminar el año

volverse mirar a los costados

(en otro tiempo

en la casa habitaban tantas gentes

sombras

una aventura de amor fracasada)

otros encuentran que es necesario aclarar estos brindis de año nuevo porque hay esperanzas que enunciar

mirarse brindar

por la libertad y las pequeñas gotas de lluvia

y el amor (tus ojos) y el amor (todas pero principalmente tú)

hemos viajado diciendo esperando en las cavidades del mediodía un nuevo cántico para todos y además
en forma ligeramente diferente nos hemos dicho cuando éramos amantes las mismas cosas que se dicen los otros

pero ahora se trata de un brindis

y no brindaremos por los recuerdos sino por los árboles del porvenir

por los nombres del porvenir

para que el corazón y la estrella concurran al esfuerzo común

para que la voluntad sin demasiada violencia

como cosa ínfima

se extienda y apruebe las cosas de este mundo

para que yo (de regreso) después de haber hablado mucho (una noche cualquiera) compruebe la fatalidad de la distancia

pero levanta de cualquier manera tu copa porque siempre hay una palabra que todos pueden pronunciar y el río sigue moviendo su miedo su tarde y el puñado de tersos inviolables pájaros

este año y todos los años has acumulado errores sobre tu cabeza

y pensando crear tu vida sólo la has repetido

(en otro tiempo

abríamos la puerta de mañana

y entraban el sol los sombreros arrojados al viento por los trasnochadores de la víspera

los ecos de sus conversaciones

y tu risa

aunque hacía tanto que ya no te veíamos)

como en otro tiempo

sin cuadrantes ni altura he llegado muchas noches este año

ahora yo puedo recordarla suelto

como una fragilidad silenciosa

en este día en esta hora

a otras tierras entregará sus manos

sus ojos han conocido otros combates más cerca de la piedad o del odio

pero ahora se trata de un brindis

del año que comienza indiferente a su memoria o tus deseos

*Edgar Bayley, poeta argentino, nacido en 1919 y muerto en 1990. Algunas de sus obras son En común (1949), La vigilia y el viaje (1961), El día (1968), Obra poética (1966), Vida y memoria del Dr. Py y otras historias (1983), Alguien llama (1983), Estado de alerta y estado de inocencia (1989).

viernes, 24 de diciembre de 2010

Había una vez una Navidad...

que Paul McCartney muestra como de cuento: armoniosa e íntima, con su calor de hogar, su comida y ambientación festivas, sus niños despejados y felices, buscando (y encontrando) tesoros. Un tiempo en que, según canta, "el plan de la naturaleza iba de la mano del placer".

Así se ve en la parte animada del videoclip Once Upon A Long Ago. Mientras que en la otra parte —la filmada— la banda de McCartney se pregunta, en lo alto de una montaña y con el mundo abajo, qué puede significar (¿hoy?, ¿de adultos?) todo eso:



¡Feliz Navidad! (De cuento... o como venga según cada realidad).

jueves, 23 de diciembre de 2010

Dos Beatles frente a la paz

Podría decirse que la versión de Paul McCartney de Give Peace a Chance (el clásico de John Lennon) está ambientada en la Primera Guerra. Precisamente, un día de Navidad. Se llama Pipes of Peace (o Pipas de la paz):

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Feliz Navidad (y la guerra terminó)

Los Beatles (juntos o como solistas) cantaron sobre casi todo. También sobre la Navidad. Prueba de lo cual son este post y los que seguirán, en los que intentaremos entrar en clima festivo sin villancicos... y en inglés.

Va el primer tema:

martes, 14 de diciembre de 2010

Releyendo Aleixandre en la plaza

El 14 de diciembre de 1984, murió Vicente Aleixandre, poeta español que obtuvo el Nobel de Literatura en 1977. De su autoría son estos versos, incluidos dentro del poema "En la plaza":


"Hermoso es, hermosamente humilde y confiante, vivificador y profundo,

sentirse bajo el sol, entre los demás, impelido,

llevado, conducido, mezclado, rumorosamente arrastrado.



No es bueno

quedarse en la orilla

como el malecón o como el molusco que quiere calcáreamente imitar a la roca.

Sino que es puro y sereno arrasarse en la dicha

de fluir y perderse,

encontrándose en el movimiento con que el gran corazón de los hombres palpita extendido.



Como ese que vive ahí, ignoro en qué piso,

y le he visto bajar por unas escaleras

y adentrarse valientemente entre la multitud y perderse.

La gran masa pasaba. Pero era reconocible el diminuto corazón afluido.

Allí, ¿quién lo reconocería? Allí con esperanza, con resolución o con fe, con temeroso denuedo,

con silenciosa humildad, allí él también

transcurría."

Silvina Ocampo y qué implica envejecer

El 14 de diciembre de 1993, moría Silvina Ocampo, escritora argentina. Autora de cuentos raros e inquietantes (clasificados dentro del género fantástico a falta de una categoría más precisa), se vio opacada en vida por las figuras literarias más públicas que la rodearon siempre: su esposo, Adolfo Bioy Casares, su amigo Jorge Luis Borges y su hermana Victoria Ocampo, la fundadora de la mítica Sur


De ella recordamos hoy el poema "Envejecer" (nada alegre, pero con el encanto de quien se anima a llamar a las cosas por su nombre):

Envejecer también es cruzar un mar de humillaciones cada día;

es mirar a la víctima de lejos, con una perspectiva


que en lugar de disminuir los detalles los agranda.

Envejecer es no poder olvidar lo que se olvida.

Envejecer transforma a una víctima en victimario.

Siempre pensé que las edades son todas crueles,

y que se compensan o tendrían que compensarse

las unas con las otras. ¿De qué me sirvió pensar de este modo?

Espero una revelación. ¿Por qué será que un árbol

embellece envejeciendo? Y un hombre espera redimirse

sólo con los despojos de la juventud.

Nunca pensé que envejecer fuera el más arduo de los ejercicios,

una suerte de acrobacia que es un peligro para el corazón.

Todo disfraz repugna al que lo lleva. La vejez

es un disfraz con aditamentos inútiles.

Si los viejos parecen disfrazados, los niños también.

Esas edades carecen de naturalidad. Nadie acepta


ser viejo porque nadie sabe serlo,

como un árbol o como una piedra preciosa.

Soñaba con ser vieja para tener tiempo para muchas cosas.

No quería ser joven, porque perdía el tiempo en amar solamente.

Ahora pierdo más tiempo que nunca en amar,


porque todo lo que hago lo hago doblemente.

El tiempo transcurrido nos arrincona; nos parece

que lo que quedó atrás tiene más realidad

para reducir el presente a un interesante precipicio.

domingo, 12 de diciembre de 2010

Tres nubes para nuestro blog

El sitio http://www.wordle.net/ ofrece un lindo pasatiempo: obtener la nube de temas del sitio o blog que uno indique.

Lo probamos hoy con este blog y de entre todos los resultados posibles nos quedamos con estas tres imágenes.

Una primera, que apodamos "Nube soft":

Una segunda opción, que llamamos "Nube con rayos":

Y una tercera, que podríamos llamar "Nube moderna":

Con distintos colores, estilos y disposiciones espaciales, todas las nubes reflejan lo mismo: la mayor o menor frecuencia de ciertos términos en la página.
 
Hay muuuuchas opciones y uno se divierte sin esfuerzo: pierdan un ratito en probar cómo Wordle interpreta los contenidos de sus sitios o de las páginas que les gustan.

viernes, 10 de diciembre de 2010

Vargas Llosa: la literatura como vocación, disciplina y terquedad

El País ha publicado el discurso que dio Mario Vargas Llosa en ocasión de recibir el Premio Nobel de Literatura.

Aquí extrajimos algunos fragmentos en los que el gran autor peruano define lo que la lectura, la escritura y la literatura significan para él. 

Sobre la lectura:
Aprendí a leer a los cinco años, en la clase del hermano Justiniano, en el Colegio de la Salle, en Cochabamba (Bolivia). Es la cosa más importante que me ha pasado en la vida. Casi setenta años después recuerdo con nitidez cómo esa magia, traducir las palabras de los libros en imágenes, enriqueció mi vida, rompiendo las barreras del tiempo y del espacio (...).
Sobre la escritura:
Gracias a ellos [los escritores que lo influenciaron, como Flaubert, Faulkner y Sartre] y, sin duda, también, a mi terquedad y algo de suerte, he podido dedicar buena parte de mi tiempo a esta pasión, vicio y maravilla que es escribir, crear una vida paralela donde refugiarnos contra la adversidad, que vuelve natural lo extraordinario y extraordinario lo natural, disipa el caos, embellece lo feo, eterniza el instante y torna la muerte un espectáculo pasajero.
Sobre la literatura como experiencia que humaniza:
Por el contrario, gracias a la literatura, a las conciencias que formó, a los deseos y anhelos que inspiró, al desencanto de lo real con que volvemos del viaje a una bella fantasía, la civilización es ahora menos cruel que cuando los contadores de cuentos comenzaron a humanizar la vida con sus fábulas. Seríamos peores de lo que somos sin los buenos libros que leímos, más conformistas, menos inquietos e insumisos y el espíritu crítico, motor del progreso, ni siquiera existiría.
y como experiencia que acerca a las personas entre sí (advertencia: ¡Vargas Llosa revela aquí muchos finales de libros clásicos!):

La buena literatura tiende puentes entre gentes distintas y, haciéndonos gozar, sufrir o sorprendernos, nos une por debajo de las lenguas, creencias, usos, costumbres y prejuicios que nos separan. Cuando la gran ballena blanca sepulta al capitán Ahab en el mar, se encoge el corazón de los lectores idénticamente en Tokio, Lima o Tombuctú. Cuando Emma Bovary se traga el arsénico, Anna Karenina se arroja al tren y Julien Sorel sube al patíbulo, y cuando, en "El Sur", el urbano doctor Juan Dahlmann sale de aquella pulpería de la pampa a enfrentarse al cuchillo de un matón, o advertimos que todos los pobladores de Comala, el pueblo de Pedro Páramo, están muertos, el estremecimiento es semejante en el lector que adora a Buda, Confucio, Cristo, Alá o es un agnóstico, vista saco y corbata, chilaba, kimono o bombachas. La literatura crea una fraternidad dentro de la diversidad humana y eclipsa las fronteras que erigen entre hombres y mujeres la ignorancia, las ideologías, las religiones, los idiomas y la estupidez.
La literatura, también, como clave de comprensión:
La literatura es una representación falaz de la vida que, sin embargo, nos ayuda a entenderla mejor, a orientarnos por el laberinto en el que nacimos, transcurrimos y morimos. Ella nos desagravia de los reveses y frustraciones que nos inflige la vida verdadera y gracias a ella desciframos, al menos parcialmente, el jeroglífico que suele ser la existencia para la gran mayoría de los seres humanos, principalmente aquellos que alentamos más dudas que certezas, y confesamos nuestra perplejidad ante temas como la trascendencia, el destino individual y colectivo, el alma, el sentido o el sinsentido de la historia, el más acá y el más allá del conocimiento racional.
Y, finalmente, la literatura como disciplina, una vocación... y terquedad:
Y la verdad es que debo a Francia, a la cultura francesa, enseñanzas inolvidables, como que la literatura es tanto una vocación como una disciplina, un trabajo y una terquedad.

martes, 7 de diciembre de 2010

Arenas (mientras anochecía)

El 7 de diciembre de 1990 murió Reynaldo Arenas. Había nacido en Cuba en 1943. Su libro Un mundo alucinante se censuró. Desde entonces, Arenas, por homosexual, y su obra, por contrarrevolucionaria, fueron perseguidos. Pasó muchos años en la cárcel hasta que pudo escapar a Miami, EE. UU., y llevó la difícil vida de un exiliado sin dinero ni apoyo. Ya herido de muerte por el sida, se suicidó.

Una suerte de autobiografía que relata su vida crecientemente trágica es Antes que anochezca. Aquí reproducimos un fragmento:
¡Oh Luna! Siempre estuviste a mi lado, alumbrándome en los momentos más terribles; desde mi infancia fuiste el misterio que velaste por mi terror, fuiste el consuelo en las noches más desesperadas, fuiste mi propia madre, bañándome en un calor que ella tal vez nunca supo brindarme; en medio del bosque, en los lugares más tenebrosos, en el mar; allí estabas tú acompañándome; eras mi consuelo, siempre fuiste la que me orientaste en los momentos más difíciles. Mi gran diosa, mi verdadera diosa, que me has protegido de tantas calamidades; hacia ti en medio del mar; hacia ti junto a la costa; hacia ti entre las costas de mi isla desolada. Elevaba la mirada y te miraba; siempre la misma; en tu rostro veía una expresión de dolor, de amargura, de compasión hacia mí; tu hijo. Y ahora, súbitamente, luna, estallas en pedazos delante de mi cama. Ya estoy solo. Es de noche.

lunes, 6 de diciembre de 2010

El concepto de libro en revisión

En su muy buen blog Libros en la nube, Julieta Lionetti publicó una interesante entrevista a Alejandro Katz, editor de larga y rica trayectoria, además de analista constante de los procesos que atraviesa la cultura escrita. Sobre las nuevas tecnologías, Katz dice (y Lionetti completa):
"Hay una definición de libro a la que muchos siguen aferrándose. Es una definición caduca y falaz. Es la que hizo en su momento la Unesco. No nos sirve más." Para la Unesco, un libro es la reunión de un pliego de 24 hojas de papel, unidas por una encuadernación, que da como resultado 48 páginas de lectura. Todo lo que tenga esas mínimas características es libro, como también es libro lo que venga en varios tomos o en uno solo de mil páginas. "Esa definición tenía por objeto facilitar el paso de los libros en las aduanas. Pero con ese criterio, la guía telefónica es un libro."
"El libro de bolsillo contribuyó a la diversificación de la especie libro, a que surgiera una subespecie. Si hay algo que las nuevas tecnologías nos permiten, nos exigen, es a ver que el libro se está diversificando, fragmentando, en muchas subespecies. Hay contenidos que deben quedar fuera de la especie libro y esto genera mucha resistencia." No le faltan los ejemplos. "Los repertorios de información de doble entrada, como los catálogos o las enciclopedias, no son libros. Los hemos identificado con libros gracias a esa definición falaz de los pliegos encuadernados. Creo que Apple, por ejemplo, está haciendo mucho por obligarnos a pensar de otra manera. Mirá aquí", dice, empuñando su iPhone. Aparece el mapa de una guía de viajes. "Esto no es un libro, esto es una app y Jobs no permite que las apps sean llamadas libros. Para eso está el ePub y el iBookstore. Un ePub es un libro, electrónico sí, pero libro. Las apps son un nuevo género discursivo."