Entre los gustos que da Internet a quienes disfrutan de la literatura, está la existencia de los blogs. Especialmente, de los llevados adelante por escritores de probado oficio, que, entre publicaciones tradicionales como el género de la novela o el ensayo, usan este espacio como canal de expresión más inmediata, más espontánea y –seguramente– más libre.
El blog que la escritora mexicana Ángeles Mastretta actualiza en la página de El País, por ejemplo, siempre viene provisto de alguna evocación personal espesada con reflexiones:
Quizás lo que necesito son vitaminas, pero me ha dado por echarle la culpa a mi muerta preferida, porque no puedo escribir ficción. Yo, que presumo de ser el escepticismo religioso en dos pies, tengo a bien concederles poderes extraterritoriales a los muertos. Y encuentro que mi madre ha hecho varios milagros desde que murió.
(...) A mi madre no le parecía meritorio esto de escribir cuentos. Para ella no había virtud sin dificultad y mi profesión, en el caso de aceptar que lo fuera, no le parecía difícil. Todo el asunto lo trataba como una frivolidad remunerada por quién sabe qué ilusos. De ninguna manera encomiable. Nunca la vi dichosa con alguno de los que se podrían considerar mis logros profesionales. Le daban un poco de timidez. (Miraba a los lectores como diciendo: ellos no saben que yo sé. Aquí hay trampa, así no fue como pasó, ni esos señores vivían en esa casa). Siento que a los premios los veía como un equívoco del destino. Algo de razón habrá tenido. El caso es que ahora que se ha puesto, como dice Eliseo Alberto que se ponen los muertos, su disfraz de fantasma, no la veo dispuesta a permitir que yo vuelva a creer en mis inventos. En que valen la pena, en que le importan a alguien. Y me tropiezo conmigo misma, incapaz de mentir, de creerme los ojos o la ropa, el peinado y los amores de alguien.
Al final de cada entrada de su “Puerto libre”, Mastretta nunca olvida despedirse de sus lectores con recomendaciones musicales o literarias: qué concierto o qué poesía de puede disfrutar ese mismo día.
El blog de la escritora argentina Patricia Suárez, "Discreto encanto", es definido por ella como "Breves impresiones personales. Pequeñas luces del mundo", y ese parece el mejor reflejo posible de su contenido compuesto por fotografías, transcripciones de libros y definiciones personales e intensas.
“Microrréplicas”, el blog del escritor también argentino radicado en España Andrés Neuman, es más homogéneo: consiste en entradas de producción propia y similar extensión (no en vano se describe como “reflexiones dispersas en 100 palabras”), generalmente en torno a lecturas nuevas de autores reconocidos o a hechos de trascendencia cultural.
A veces, estos blogs parecen funcionar como lugares de experimentación para probar la eficacia de un cuento o la gracia de una anécdota. Otras, como vías para expresar una dimensión más personal, la de los gustos, las preferencias y los caprichos cotidianos. Hasta se puede intuir que también resultan modos de pensar en voz alta e, incluso, de no perder el ritmo de producción ni el contacto con los lectores.
¿Alguna recomendación de blogs como los que describimos? ¿Alguna reflexión acerca del tema? Lo compartimos todo en nuestro blog.